al ver tu mano recorriendo mi cuerpo
a las 8 a.m. y,
sin desayunar.
Te veo y tiemblo sin parar,
sin saber cómo reaccionar,
sin saber que va a pasar.
Miro el reloj y pienso en ti todas las mañanas al despertar.
En todos mis sueños,
quiero temblar contigo,
sin temor al que dirán.
Vivamos temblando a kilómetros,
con sabor a volverás.
Quédate y temblemos bajo el colchón,
con susurros al oído y un cuarto de melocotón.
Tiemblan mis piernas al ver como vuelves,
abrazándome por detrás,
diciéndome: 'tu nunca me perderás'.
Ahora tiembla.
No hay comentarios:
Publicar un comentario